sábado, 16 de mayo de 2020

La vida, un castillo de naipes


La vida antes del COVID19: Un castillo de naipes



La vida…
un castillo de naipes
construido con el tiempo,
sin pensar en mañana
y viviendo el momento.

Cada carta en su progreso
pareciera de hormigón
y resultó ser de paja
que, sólo el viento, voló.

Cada carta es importante,
cada cual tiene un valor
y en cada una es prudente
poner nuestro corazón.

Con este castillo vuelan
otros que se construyeron:
comprar sin necesidad,
“Si no lo uso, pues lo vendo”.

Esas cartas hoy se han hecho
mil pedazos por ahora
y en cada trocito de ellas
hay vivencias y personas. 


El castillo fue creciendo
sin revisar los cimientos
sin inspeccionar las cartas
que se iban añadiendo.

Y en la base y en la cumbre
no se han elegido bien.
Tanto en una como en otra
está la carta PODER.

Mientras quien con tanto esmero
fuimos colocando cartas
nos vemos cual marionetas
a quien las manos nos atan.

PACIENCIA (COVID19)



      Aquí dejo esta poesía de reflexiones sobre la situación actual. Espero que saquemos algo de provecho de todo esto que nos está ocurriendo y salgamos adelante con la mente y el cuerpo reforzado.
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PACIENCIA (COVID 19)

Se ha callado el ruido
y el silencio habla.
Dice tantas cosas
que nunca escuchamos
y es tan elocuente
que me alegra el alma.

Y me ha recordado
y tiene razón
es mejor el silencio
que el ruido de un cañón.

Guerra silenciosa
en que nos quejamos
por falta de ruido,
por falta de espacio.

¿No es esto mejor
que escuchar sirenas,
bombas, tiroteos,
temblores de puertas?

El miedo se cierne
en nuestras cabezas,
se palpa, se corta
en el mismo ambiente
y hasta se respira
el miedo a la muerte.

Pero este silencio
nos habla muy claro
nos hace apreciar
todo lo olvidado:


quienes nos merecen
a quienes amamos
cómo es nuestra vida
por qué nos quejamos.

Y comprenderemos
que muchas de esas quejas
no tienen motivo:
la vida es muy bella.

Y hay que aprovechar,
siempre, cada instante.
Ver la parte buena
aún en los desastres.

Y si este bichito
que aquí se ha colado
algo nos recuerda,
que somos humanos.

Aunque muchas veces
fuimos cual robot
y la parte humana
se nos olvidó.

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