Todos miraban la gran luna que resplandecía en el cielo de aquella noche
estrellada. Habían pasado setenta años desde que un día de otoño se conocieran
en la universidad y algunos nunca habían visitado un campamento. Sin embargo,
hoy habían llegado con una mochila al hombro llena de recuerdos que compartir.
Más de uno, a pesar de ser de
ciencias, se consideraba poeta; otros, músicos; otros, pintores… Todos tenían
otras aficiones que habían complementado sus vidas y después de tantos años querían
compartirlas con los demás.