viernes, 8 de diciembre de 2017

Un percance navideño


El Niño Dios se cayó y nos dio un buen susto.

Como cada año, el día de Navidad íbamos a ver el portal viviente. Todo estaba perfectamente representado. Era como retroceder más de dos mil años. Los detalles cuidados, las lavanderas, los bueyes, las cazuelas al fuego, el molino con las aspas moviéndose, la noria sacando agua, la carpintería, los pastores, los animales… Pero al llegar al nacimiento, cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos que el niño tenía cuatro años. Cansado de estar quieto, saltó para montarse en la mula tumbada y se cayó de cabeza por el otro lado.

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