jueves, 19 de mayo de 2016

El otoño



Con pinceladas doradas

se tiñe el paisaje entero.

Con miradas de tristeza

se despide el veraneo.

Los árboles se hacen cómplices

de este cambio de estación

y sus trajes color verde

dejan caer con dolor.

Amarillos no los quieren

y prefieren el desnudo.

Así brotarán con fuerza

cuando del calor sea turno.

Sin embargo, los hay fuertes

que no temen a los cambios

y es ahora en el otoño

cuando lucen mejor paño.

De verde, morado y negro

los olivos y las parras

nos deleitan con paisajes

que son su mejor estampa.

Y, aunque la vid se marchita,

los olivos permanecen

e irán cambiando de traje

sin que apenas tú lo aprecies.

Para en primavera, siempre,

demostrarte su alegría

y renacer con los otros

que en otoño desvestían.

Mejores temperaturas

para las tareas del campo

que llenan a este de gente

en jornadas de trabajo.

Trabajos de recogida

de aceitunas y de uvas

que todavía, en estos tiempos,

dan al campo su fortuna.

Una fortuna real,

si nunca se terminaran,

pero queda todo un año

de cuidos y de amenazas.

Cuidados, mantenimientos,

que sus dueños deben darle

sin obtener ningún pago

aun trabajando hasta tarde,

y, siempre, con la amenaza

del caprichoso dios tiempo

que cuando menos lo esperas

destroza todos tus sueños.


Leonor Cuevas Martín

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